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miércoles, 29 de noviembre de 2023

Edgar

 Había una vez un hombre llamado Edgar, quien vivía solo en un antiguo castillo en lo alto de una colina. Edgar era un escritor apasionado y pasaba la mayor parte de su tiempo rodeado de libros y plumas.


Un día, mientras exploraba las antiguas bibliotecas del castillo, Edgar descubrió un libro muy antiguo y polvoriento. Al abrirlo, se sorprendió al encontrar una historia que parecía hablar directamente de él. El libro describía a un hombre solitario en un castillo, quien se dedicaba a escribir sobre otro hombre solitario en un castillo. Era como si alguien hubiera escrito su propia vida en un cuento.


Intrigado y un poco inquieto, Edgar continuó leyendo. A medida que avanzaba en las páginas, notó que las similitudes entre su vida y la del personaje del libro eran sorprendentes. Desde la descripción del castillo hasta los pensamientos más íntimos del personaje, todo parecía ser un reflejo de su propia existencia.


A medida que Edgar leía más y más, comenzó a cuestionar su propia realidad. Se preguntaba si él era solo un personaje en un cuento, imaginado por alguien más. La idea lo obsesionó y comenzó a dudar de su propia identidad.


Decidido a encontrar respuestas, Edgar se embarcó en una búsqueda dentro del castillo. Recorrió pasillos oscuros, escaleras empinadas y salas olvidadas en busca de alguna pista sobre la naturaleza de su existencia.


Finalmente, después de mucho buscar, Edgar encontró una habitación secreta oculta detrás de un pesado tapiz. Dentro de la habitación, encontró un escritorio antiguo con plumas y tinteros, junto con una pila de manuscritos. Los manuscritos estaban llenos de historias sobre hombres solitarios en castillos, y todas ellas parecían ser versiones diferentes de su propia vida.


En ese momento, Edgar comprendió que él era el creador de todas esas historias. Había estado escribiendo sobre sí mismo sin siquiera darse cuenta. El libro que encontró era solo una de las muchas formas en que había explorado su propia soledad y búsqueda de significado.


A partir de ese día, Edgar decidió abrazar su papel como escritor y crear historias no solo sobre hombres solitarios en castillos, sino también sobre el mundo exterior, sobre la conexión humana y sobre las múltiples facetas de la vida. Comenzó a compartir sus escritos con el mundo y, poco a poco, dejó de sentirse solo en su castillo.


Y así, Edgar encontró su propósito como escritor y descubrió que, aunque viviera en un castillo solitario, su creatividad podía construir puentes hacia la gente y el mundo exterior.

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