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miércoles, 28 de octubre de 2009

Pongamos que hablo de Lopez.

Cabe resaltar que no es un poema ni mucho menos solo unas cuantas frases al azar para recordar a un compañero.

Compañero de Santos y borrachos, de niñas y de putas.
Entre Sabina y Calamaro, entre madrugadas y trasnoches,
Entre licor y drogas licitas, papel y tinta fresca, crea y maldice.
Llenando los bares de notas, despechos y promesas,
Va rimando sin escuela, lo que ve, lo que imagina, el poeta, el amigo.
Novio de las mujeres, de todas y ninguna, ay Sofía!
Perro noctámbulo, insomnio premeditado, canción espontánea.
Maldito entre los puritanos, bendito entre los peores.
Amigo de quien le oye, verdugo de quien lo entiende.
Por Biblia una agenda, cincel…lapicero, inspiración…la vida.
Perenne devoción por el cantar, contar, perder sin llorar.
Perdido en esas calles, que inventa pero no habita.
Fumador insomne, cantor empedernido, poco bien querido.
Pongamos que les hablo, de un don nadie, como todos.
Y reseña sus andanzas, de licores y papeles, mujeres y hermanos
En canciones, servilletas, acordes, poemarios…ya lo ves…
Siempre más solo que ayer. Consolando sin consuelo,
Destetando a esta noche, de promesas sin remedios.
Desprendiendo de las barras, letras y sentimientos,
Descolgando del licor sus letras despechadas y sangrientas.
Letrado en mil calles, catedrático de los bares, solo entre miles.
Muy viejo para estos tiempos de estereotipos bastante ambiguos.
Tan respetado como malentendido, tan odiado como querido.
Si le oyes por ahí, escribiendo su desdicha, dile que sin querer,
Le he escrito algunas líneas…

martes, 25 de agosto de 2009

No tiene nombre

A mi niña Rocio!
Cuando al parecer no puedo caminar más
Y las tardes me pesan en la memoria,
Cuando cada día surge como inercia
Y el viento llena una habitación ya vacía.

Tesoros perdidos a través de tiempo,
Son mis recuerdos más íntimos.
Esos que solo quien mira a los ojos
Y sabe bien que y como buscar,
Podría ver y extraer y cambiar.

Las palabras llenan miles de libros
Ocultos en mi corazón temerosos.
Más las manos blandas que sueñan
Van extrayendo poco a poco
Cada sutil oración, cada verso.

Y si al pasar del tiempo, le pierdo temor
Y si a tus ojos les pido valor
Y si a tu cariño me aferro fuerte.
Se que no puede haber nada en el mundo
Que destruya la pequeña barca que construí.

Cuando al parecer no puedo caminar más
Y las tardes me pesan en la memoria,
Cuando cada día surge como inercia
Y el viento llena una habitación ya vacía.
Encuentro tu rostro al final del cuarto,
Tus manos llenas para mí, y de mí.

Dame uno más de tus días, cada día
Llena mis manos, con tus manos.
Sacia mi sed del llanto, de risa, de paz
y si no puedo dejar de tenerte
entonces alégrate y dame cada vez más.

Cancion. (a yara)

Todos somos sueños, algo así como un cuento
que concluimos y empezamos cada día,
como pasos discretos, perdidos, olvidados,
algo así como las alas de un pájaro peregrino.

Todos somos polvo en el viento infinito,
somos música, poesía, una orquesta perfecta,
pasos ligeros que no tienen camino… final,
algo así como un abrazo que nos deja llorar.

Todos somos un mundo, una raza, una idea,
fuimos etnias, pueblos, danzas, dioses, esclavos,
seremos historia, leyenda, mentiras verdades,
algo así como el cuento que cambia el final.

A veces nos olvidamos de soñar, de vivir,
y sin querer nos perdemos por un instante,
dejamos de vernos y creemos desvanecernos,
nos vemos perdidos en miles de mundos ajenos.

A veces sin querer nos mentimos, nos herimos,
nos hacemos creer que no somos únicos,
perdemos nuestra mente en miles de rostros
y sin querer lastimamos nuestros egos ya heridos.

A veces creemos que estamos solos, nos alejamos,
no vemos la mano que se tiende a nuestro lado,
en noches llenas de pesadillas perdemos la vida,
no vemos el cielo, para saber que siempre amanece.

Somos amor por que de el venimos, consiente… loco.
somos poco de mucho, tanto de nada, inicio del infinito,
somos creadores, creación, artesanos y obras de arte,
somos estrofas y poetas de este poema sin terminar.

Somos letras concretas que forman un infinito cuento,
combinados al azar sin temor a equivocarse creamos vida,
llenamos corazones, sueños, ilusiones, risas… llantos.
somos tu, yo, nosotros todos de uno, uno de todos.

Llora, ríe, el arrepentirse no sirve, el perdón nace solo.

A Rocio!

Una chica sabe como crear un mundo interminable en la cabeza de un incauto soñador,
como llenarle el corazón de deseo incomprensible, de su rostro, de necesidad.
Una chica sabe bien como romper la brecha del tiempo y llenar el corazón de deseo,
de sueños sin edad ni futuro, pero eficaces como pastillas para dormir.
Una chica sabe como llorar sin llorar, como reír sin ser feliz, como soñar sin dormir,
o como dormir para siempre, vivir una vida que no es mas que una quimera inventada.
Una chica sabe inventar con un beso, una historia y un caballero, un cuento sin fantasía,
un amor que no existe más que en la embriaguez del encanto de su mirada.
Una chica sabe cuantas estrellas tiene su universo, cuantos besos caben en una canción,
cuantas letras en sepia necesita su cuento para ser inevitablemente necesario.
Una chica sabe disimular sus lágrimas de plástico azul, con agravios innecesarios,
con risas enloquecidas, con rubores culpables, con besos espontáneos y canallas.
Una chica sabe acudir a la llamada del amor, al grito silencioso de su mitad,
a la llamada que nunca existe, que debe de adivinar y algunas veces inventar.

Una chica sabe como crear su vida con pequeños pedazos de la vida de otros
como ser parte de todo, de todos y cada vez menos de si misma,
cuando alejarse, cuando llegar y cuando quedarse, pero querida niña,
una chica no sabe cuanto amor extraño le cabe en la mano, cuanto cariño merece
cuanto amor podría y debe recibir, y por fin olvidarse del amor que debe dar.
…solo por el simple hecho de existir, o de hacer sentir a alguien que existe…

viernes, 27 de marzo de 2009

Como termina algo que nunca tuvo inicio?

Un cuento…no como fue; sino como pudo haber sido…
“No hacen falta palabras; cuando se habla con el
corazón…cuando nos conocemos de corazón.”
Ella estaba sentada en la cama, con su mirada fija en el suelo, pero aun así se notaba la seguridad que a el tanto le espantaba, esa que cubría cada una de sus palabras con un aire de autoridad, de decisión.
Él, tembloroso entraba despacio en el cuarto, como aquel niño culpable que sabe que será castigado, la miro fijamente, sabía que aquella reunión no podía tener otra intención, sabía muy bien, por aquella mirada penetrante, que no había oportunidad para perdonarle, peor aún por que él mismo no podía perdonarse y por esta razón no podía alegar clemencia a su favor.
Ella le indicó con un movimiento suave de su cabeza que se sentara a su lado, él quiso llegar hasta ella, pero no pudo, sus pasos no lograron si quiera la mitad del camino, se poso en el borde de la cama y la miro con sus ojos de niño arrepentido, no pudo por más que quería, pronunciar palabra alguna, ni siquiera una sonrisa absurda, le pareció tan absurdo el momento, tantas cosas que se agolpaban en su mente, tantos recuerdos que mencionar, tantas disculpas que disparar, tantas palabras que reclamar, defenderse no pudo, simplemente se quedo allí sentado, esperando la sentencia…que tardaba una infinidad en llegar.
El silencio se convirtió de segundos en minutos, ninguno podía empezar a hablar, ninguno sabía como. Una esperaba explicaciones, el otro quería tenerlas, ella sostenía sus labios, él moría por besarlos. De repente una lágrima se coló por entre los ojos de él, un esbozo de delicada ternura infantil que nunca pudo dejar, al igual que ese temblor delator de su labio cada vez que reprimía sus ganas de llorar. Sus ojos, esos que alguna vez la enamoraron y ya no podría olvidar jamás, se tornaron rojos, inundados…desesperanzados. Y lloró, lloró como llora un niño cuando su madre no puede entender lo que le dice. Ella se acerco tiernamente y le abrazo. Y lloraron, y el mundo entero lloró con ellos, se acariciaron… las palabras proliferaban de sus ojos, los reclamos, las respuestas, las disculpas, salían y volvían de y a sus dedos. Y por fin, cuando ya todo estaba dicho, los dos amantes se abrazaron tan fuerte como sus pocas fuerzas pudieron…y con la paz que deja la sinceridad…durmieron.

lunes, 2 de febrero de 2009

Mirada Perdida.


Se llenó de olvido la habitación, se sentía incomoda toda la vida en un solo recuerdo, recuerdo traslucido que nunca existió más que en las letras, más que en los deseos de un niño torpe e ingenuo, que siempre disfrutó de ver algo que no existe.
Se llenó de moho el pensamiento, las ideas se herrumbran y dejan de ser agradables, convertidas en filosos puñales se devuelven en contra de quien las engendra, malditas palabras que se deshacen y nos deshilachan la vida.
Tenía tanta verdad en mi boca y quise hacer derroche de ella, tenía tanto para decirte, reclamarte, llantos que oculté, besos que perdí en el aire, golpes que dañaron mi almohada, lágrimas que secó la manga de mi abrigo, canciones que no me dejaban olvidarte, lírica que siempre evocaba tus recuerdos, pasos que no llevaban a ninguna parte, ni a tu lado ni lejos de ti.
Aléjate o quédate siempre a mi lado, no vez que tu indecisión me hiere sin dejarme morir, no ves que tus palabras se clavan en mi cabeza, infestando de demonios y vanas esperanzas de que al fin cambiaras y llenarás mi ser tan falto de ti…de alguien, de quien sea.
Salgo hoy con este maldito corazón en mi mano, para regalarlo a quien sea, pero siempre eres tú, siempre estás donde debes, cuando debes, son las manos vacías, llenas de promesas sin sentido que yo creo siempre.
Vete y no vuelvas o acércate para no partir más, esta noche será la última vez que te escribo, mañana no estaré más, seré solo una mancha más en las torpes historias de amor, seré agua y sangre, pálido incoloro y con los ojos mirando hacia ese mundo en el que me metiste y del que no me dejaste escapar.

jueves, 29 de enero de 2009

Nunca más (a Lily)- Nuestras estrellas fugaces... a veces son eternas.

Ella le esperaba desde hacia tres horas ya, sentía en todo su cuerpo el latir de su corazón, eran horas, días, meses de no saber de el. El recuerdo era tan vivido que cada noche le sentía en su almohada, el respiraba su mismo aire, le sentía rozando su mano, le miraba en el fondo de su taza de café...el no se había ido para ella. - “Tantos días y ni una sola palabra...pero que importa yo le amo y se que el me ama, nada importa mas que eso”-. Ella camino hacia su ventana, como lo solía hacer desde su partida, cada tarde en punto a las tres; tenia la esperanza de verle doblando la esquina, de que el la notara y le saludara levantando su gorra y con el ademán de un beso, que ella atraparía en el aire y pondría en su boca, caminaría hasta su puerta, le abriría y le envolvería en sus brazos, lo besaría por un momento eterno serian para siempre felices por que el no tendría que irse nunca mas de su lado….La puerta sonó, tres golpes que ella sintió en el alma, corrió tan rápido como pudo, abrió la puerta y allí estaba él, tan distinto a aquel que ella tenía en su cabeza, tan humano, tan real… tan poco él. Le miro tratando de compararlo con aquel que le juró que nada cambiaria, que el tiempo se detendría mientras el no estuviera, pero no...Era otro por mucho muy distinto. Le sonrió, se sonrojó y con un poco de desilusión en su rostro dió media vuelta y cerró su puerta para no volverla a abrir nunca más...

lunes, 19 de enero de 2009

Lluvia de estrellas

Cuando miles de estrellas, dormidas aun en su letargo infinito, contemplan esos ojos que a su vez les mira con el entusiasmo de una niña que encuentra al fin su tan anhelado tesoro; perdidas en sus celos al ver aplacada su belleza espectral, bailan, caen suben y vuelan, se desviven por aquel ser incauto que se ha atrevido a desafiar su legendaria hermosura con un par de luceros que por mucho las rebasa...ella, sutil, tierna e inocente disfruta de aquel espectáculo sin sospechar las razones de tal. Al final, cuando todas las estrellas caen fugaces a morir en el vació, la hermosa niña cierra sus ojos, creadores de aquella batalla inusual, y duerme tranquila.

Tu mirada

No es difícil rendirse a tus pies...caer bajo el seductor hipnotismo de tu mirada alucinante que penetra mas allá de los sueños. Mirar cada vez más de cerca el cielo o sentir las estrellas miles acariciando mis manos elevadas por la caricia de tu suave piel, perderse en el infinito laberinto de tu cabello nocturno y místico. Desistir del gobierno del mundo entero solo por un beso de esos labios infantiles que hechizan sin saberlo. Caminar por horas perdidas buscando el rastro de tu olor en una ciudad llena de el... y seguir por vidas enteras buscando tu sonrisa perdida en millares de rostros, y perecer lentamente en la espera de mírate pasar, de lejos sin voltear a ver... solo por sentir esa fragancia sutil que deja tu sombra.

Dos mundos

El durmió mirando las estrellas, murmurando tantas cosas que olvido decir, tantas palabras que se quedaron en su boca sin poder siquiera escribirlas. Recostada en su cama ella siquiera se acordó de aquel joven raro que le miraba con extraño interés buscando algo en sus ojos y su sonrisa. El no podía dejar de pensar en su cara, aquella sonrisa que desde el primer momento lo amarro y no lo dejaba tranquilo. Ella siquiera se dio cuenta que aquel torpe muchacho le miraba y quedaba atrapado en sus ojos y que esa mirada iba mucho mas allá de la realidad. A lo largo de aquellos días de torpes intentos, de miradas no encontradas y letras mal plasmadas, quedaron todos los suspiros...quedaron los sueños y las tantas palabras que nunca le dijo. El, cargado con su historia imaginada... marcho sin comprender, sin decir nada, sin despedirse. Ella, siguió su vida, sin darse cuenta siquiera del mundo que creo y destrozo, el sueño en el que estuvieron inmersas...las miradas...las sonrisas...las palabras...los poemas.

Cansancio

He caminado tanto sin mirar mis pasos, sin saber hacia donde vamos... y a veces siquiera de donde venimos. He sentido algunas veces que no puedo ya distinguir entre tristeza y melancolía, entre amor y costumbre... Temo tanto que esos recuerdos que nos que nos han unido, se transformen en cadenas en nuestros pies... en neutros besos...en nuestras vidas. Temo tanto decir adiós...convertir tantos hasta luego, insípidos algunas veces, en un punto final, abrir por fin esta puerta que tanto golpean y marcharme...marcharnos. Dime, crees tu que esta mal pensar que todo acabo, que ese amor que no me dejaba dormir en noches de lluvia se ha convertido en la lluvia misma. Dime que puedo yo hacer si hoy no río como antes, si hoy no soy la que quieres...por que no eres quien yo quiero...si hoy no estoy viva...si hoy me siento oscura.

Tus ojos

Te pido que no me dejes mirarte a los ojos, pues me he dado cuenta que al perderme en el sueño de sentirme observado por ellos, me desvanezco como un loco en mundos imaginarios, enamorado por un rato inagotable... por minutos incontables en que soy eterno. Temo mirar esa sonrisa, y quedar estúpidamente prendido de tu recuerdo, de la caricia suave y hermosa de mirarte de tenerte por un momento en este mundo que he creado solo para ti...pero hasta ahora ha sido solo para mí...

Ayer te soñe

Cuando la noche apenas se desperezaba y la luna recelosa asomaba su clara silueta por entre las montañas sentí como tantas noches la necesidad inexplicable de mencionar tu nombre y recorrer por mi memoria, un poco adoloridas por los excesos del alcohol, los tantos momentos en que te tuve, e incluso los que solo imagine. Y así, perdido en los laberintos del recuerdo, me fui quedando dormido, perdido y embriagado en el veneno de tu recuerdo. Y aun mas allá de las fronteras de la realidad, donde nuestras vidas se confunden entre las de miles mas, entre las de nuestros mas amados o temidos, donde la realidad y la fantasía son dos siameses incompletos el uno sin el otro, llegaste perdida entre otras tantas fantasías que se me habían quedado inconclusas, y sorteando todas aquellas quimeras me tomaste del brazo y me llevaste por mundos inimaginables, y me amaste como nunca y tus besos eternos inundaron los paisajes de grafito. Y morimos y renacimos en un amor inexistente pero eterno. Y al despuntar el alba, cuando la realidad abofeteo mi cara con un rayo de sol, siento el sabor inconfundible de tu piel quemando mis labios, rogando al cielo te apiades de este pobre subtito de tu belleza y colmes mis sueños una vez mas.

Ángel Azul (A Cynthia)


Hoy, cuando tu cabeza caiga en sueño,

y olvides cuanto te rodea.

Llegaré cual Angel solitario y oportuno,

para llevarte volando a mi tierra.

Viajaremos en estrellas y cometas,

moriremos en la tierra con la lluvia.

Naceremos rodeados de flores,

volaremos veloces con las aves.

En el mar, dulce amor de bohemios,

ahogaremos nuestros recuerdos.

pasaremos en alas de mariposas,

recorriendo jardines de rosas.

Luna tras luna, y con le mismo anhelo,

un ángel tomado del azul, en el cielo,

cuida tus sueños cada noche,

para llevarte de viaje,

con cuidado, de no despertarte.

Canta

Sobre la noche que ilumina,
gentilmente desde tu rostro.
Somete tu voz cristalina,
la canción de amargo claustro.

Y endulzando cada estrofa,
miro a través de las notas.
Y en mis ojos tu sonrisa,
exhalando dulce brisa.

La luna descansa en tu regazo,
las estrellas se acuñan en mi mano.
Paisajes de aire formados,
florecen suaves y delicados.

Canta, amada princesa,
y has de la noche tu teatro,
de la madrugada tu coartada,
y de mi, tu calesa.

domingo, 18 de enero de 2009

Cuento de un Árbol

Familias de pájaros y ardillas anidaban en sus ramas, miles de niños jugando a su sombra en verano. Hermosas lluvias de hojas doradas caían de el en otoño...

Algunos decían que era tan viejo como la vida misma, que había estado ahí desde siempre. Inclusive los más viejos le recordaban como le veían ahora.

En sus incontables años de vida, había visto las cosas más maravillosas, oído las historias más increíbles, miles de parejas se enamoraron en sus regazos, alcoholizados de besos grabaron corazones con flechas y nombres en su tronco; inclusive muchos de los niños que jugaban a su alrededor o las parejas mismas habían sido concebidas en su lecho.

Pero a través de todas esas décadas nunca nada llamó tanto su atención como esa niña, esa hermosa joven de ojos vivos, infinitos, cabello negro cual velo hecho con un pedazo de cielo nocturno, mejillas de pan, manos suaves que sostenían un instrumento rústico, grosero, pero que al contacto con sus labios producía el sonido más dulce jamás escuchado por oídos mortales.

Esta pequeña niña que parecía emular la risa de los dioses desde aquel pequeño tubo de madera, llegó una tarde de verano, se sentó a su lado y tocó la música más hermosa hasta que el sol se ocultó, siguió haciendo esto por muchas tardes más.

Enamorándose cada vez más con las tonadas, aquel gigante de madera se sintió poco a poco parte de aquella princesa nacarada, cada una de las notas contaba una parte de su vida, poco a poco la sentía parte de él.

Una noche después de mucho rezar a sus dioses logró moldear el deseo que por tantas tardes había forjado en su corazón.

Cuando la niña llego como era de costumbre a iluminar la tarde con sus notas, encontró al árbol sobre su costado, atravesado por dos rayos. El primero le despojó de sus raíces el segundo le partió a la mitad. Algo maravilloso se encontraba en su tronco. Ella tímidamente se acercó y le tomó, era una flauta como nunca ningún maestro carpintero soñó jamás crear, al soplarla, produjo un sonido que hizo a todo el mundo callar por un momento.

Desde ese instante el corazón del árbol pertenece a esa niña que lo enamoró, y en cierta forma el corazón de la niña le pertenece por fin.