Vistas de página en total

lunes, 29 de octubre de 2012

¡Mucha Suerte¡


Dejando de lado el odio de la despedida sin cuartada, y aún con un poco de la desdicha de saberme defraudado. Calmando este sin sabor de saber que todo fue y es mentira, una treta bien planeada que estúpidamente decidí seguir a ciegas. Y tal vez simplemente motivado por el deseo de vengarme, o hacerme creer que tengo la razón al creer que pierdes mucho más que yo en este trato injusto que me has ofrecido. Decido tomar unas copas, escoger algunos adjetivos de mi bolsa de papel, y escribirte una nota que sé no vas a leer. Poco a poco fluye inexplicable el odio a tu figura que tantas veces me quito el sueño, o me llevó a él. Recuerdo ahora las muy pocas noches que me dejaste dormir a tu lado, o que aceptaste acompañarme en mi lecho, fue bonito creer que vivíamos la misma fantasía, fue agradable pensar que los besos iban y venían, reciprocidad que quemaba mis labios. Tuve la estúpida idea de tratarte con cariño y pensar que eras más que una amiga, ¿Cómo podrías serlo  si nunca nos conocimos? Nunca supe más que tu nombre, mi error, ¡lo sé! ¿Cómo podría saber lo que eres si nunca comprendí lo que fuiste? Y aún así, decidí dejarte invadir mis pensamientos, aún así decidí ser el idiota celoso que nunca había sido. Y ahora después de ver venir el desenlace por un tiempo, llego al final del camino. Me despido sin mucha pomposidad, no sin antes maldecir cada paso que des de ahora en adelante, maldigo todo lo que el futuro quiera darte y a todo aquel que caiga en tus manos mugrientas que nunca han logrado nada. Deseo con todo mi ser, con todo el amor que alguna vez tuve, que se deshaga cualquier bien que alguna vez tuve para ti, y que ahora sean tuyas por doble ración las maldiciones que profesas para mí.  Porque por mucho, más por pena hacia mí que por cariño hacia ti, baje por mucho mis estándares para subirte a mi nivel, y por muchísimo será más de lo que mereces y lo que alguna vez tendrás. Rompo tus cartas, pero guardo algunas historias que me recuerden que el cariño nunca llega de la lástima, y los recuerdos son mucho más dolorosos cuando son obligados. Queman el doble, primero por no ser reales y segundo por haberlos creado yo. Anda, camina, pero no olvides agachar la cabeza cuando me veas en la calle, y acuérdate de no verme a los ojos, ambos sabemos quien perdió mas en este juego de mierda, de amor no vive nadie, y aunque es más factible la lástima, no es tan honorable. De verdad, y de corazón te deseo suerte, porque de eso vas a vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario