Dejando de lado el odio de la
despedida sin cuartada, y aún con un poco de la desdicha de saberme defraudado.
Calmando este sin sabor de saber que todo fue y es mentira, una treta bien
planeada que estúpidamente decidí seguir a ciegas. Y tal vez simplemente
motivado por el deseo de vengarme, o hacerme creer que tengo la razón al creer
que pierdes mucho más que yo en este trato injusto que me has ofrecido. Decido
tomar unas copas, escoger algunos adjetivos de mi bolsa de papel, y escribirte
una nota que sé no vas a leer. Poco a poco fluye inexplicable el odio a tu
figura que tantas veces me quito el sueño, o me llevó a él. Recuerdo ahora las
muy pocas noches que me dejaste dormir a tu lado, o que aceptaste acompañarme
en mi lecho, fue bonito creer que vivíamos la misma fantasía, fue agradable
pensar que los besos iban y venían, reciprocidad que quemaba mis labios. Tuve
la estúpida idea de tratarte con cariño y pensar que eras más que una amiga,
¿Cómo podrías serlo si nunca nos
conocimos? Nunca supe más que tu nombre, mi error, ¡lo sé! ¿Cómo podría saber
lo que eres si nunca comprendí lo que fuiste? Y aún así, decidí dejarte invadir
mis pensamientos, aún así decidí ser el idiota celoso que nunca había sido. Y ahora
después de ver venir el desenlace por un tiempo, llego al final del camino. Me
despido sin mucha pomposidad, no sin antes maldecir cada paso que des de ahora
en adelante, maldigo todo lo que el futuro quiera darte y a todo aquel que
caiga en tus manos mugrientas que nunca han logrado nada. Deseo con todo mi ser,
con todo el amor que alguna vez tuve, que se deshaga cualquier bien que alguna
vez tuve para ti, y que ahora sean tuyas por doble ración las maldiciones que
profesas para mí. Porque por mucho, más
por pena hacia mí que por cariño hacia ti, baje por mucho mis estándares para
subirte a mi nivel, y por muchísimo será más de lo que mereces y lo que alguna
vez tendrás. Rompo tus cartas, pero guardo algunas historias que me recuerden
que el cariño nunca llega de la lástima, y los recuerdos son mucho más dolorosos
cuando son obligados. Queman el doble, primero por no ser reales y segundo por
haberlos creado yo. Anda, camina, pero no olvides agachar la cabeza cuando me veas
en la calle, y acuérdate de no verme a los ojos, ambos sabemos quien perdió mas
en este juego de mierda, de amor no vive nadie, y aunque es más factible la
lástima, no es tan honorable. De verdad, y de corazón te deseo suerte, porque
de eso vas a vivir.
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lunes, 29 de octubre de 2012
jueves, 4 de octubre de 2012
Del otro lado
Me pierdo en el
barrio prohibido que es tu boca, un paraíso que se recorre a pie. Me dejo guiar
por tu respiración que me lleva a tu espalda, ese manjar de loco desenfreno que se ofrece a quien se
atreve a llegar a él sin palabra alguna… te muerdo, te pierdes, me pierdo… nos
encontramos.
Del otro lado de la neblina exquisita que rodea este vaso
con hielo y ron,
veo tus ojos recelosos leyendo sin malicia palabras que mi mente rebusca,
te veo mirando al azar de mis ideas sin la necesidad de encontrarles sentido,
imagino que ríes sin malicia, esa con la que yo busco cada una de mis ideas.
veo tus ojos recelosos leyendo sin malicia palabras que mi mente rebusca,
te veo mirando al azar de mis ideas sin la necesidad de encontrarles sentido,
imagino que ríes sin malicia, esa con la que yo busco cada una de mis ideas.
Del otro lado de las historias metódicas, símiles calculadas,
cómplices analogías,
te veo mintiéndote para poder confiar, buscando tu camino hacia mi mundo,
ilumino tu camino con mis letras, dibujo paisajes y mundos que llenen tu cabeza
que te hagan pensar en el muchacho loco cuando caes rendida al fin de tu jornada.
te veo mintiéndote para poder confiar, buscando tu camino hacia mi mundo,
ilumino tu camino con mis letras, dibujo paisajes y mundos que llenen tu cabeza
que te hagan pensar en el muchacho loco cuando caes rendida al fin de tu jornada.
Del otro lado del espejo, imagino tus ojos oscuros
buscándome al fin en la bruma,
te veo recorriendo el cuarto oscuro, tratando de llegar a mí, siguiendo mis huellas,
me deshago en la loca idea de verte venir murmurando mi nombre, llamándome;
sintiendo mi olor en el espesor de la bruma, sintiendo mi aliento deseoso de ti.
te veo recorriendo el cuarto oscuro, tratando de llegar a mí, siguiendo mis huellas,
me deshago en la loca idea de verte venir murmurando mi nombre, llamándome;
sintiendo mi olor en el espesor de la bruma, sintiendo mi aliento deseoso de ti.
Del otro lado de la ventana decidí que esa amiga, de
sonrisa confusa y furtiva
esa risa que me vence, me inmoviliza, la voz de sirena que adormece mi ser,
que me hace imaginar mil mundos irreales construidos solo para este loco,
esa amiga que se oculta tras metáforas poco pensadas, delinearía un poema.
esa risa que me vence, me inmoviliza, la voz de sirena que adormece mi ser,
que me hace imaginar mil mundos irreales construidos solo para este loco,
esa amiga que se oculta tras metáforas poco pensadas, delinearía un poema.
Te quise.
Sutil es el amor, te llama cada vez con el mismo fervor, con la calidez primera;
gentil en avisar su suave y tenue presencia, porque sí, te desarma, pero te advierte.
Te deja tirado en un pozo de lágrimas, con los ojos abiertos a la luz clara del alba;
con las fuerzas suficientes para pararte sin miedo, recobrarte y empezar de nuevo.
Te quise ¿sabes?
sentía por ti la esperanza de aquél que sabe que anochece para amanecer,
la confianza de una oruga que muere feliz para renacer como mariposa;
te creí, y tus palabras fueron aliento fresco en un desierto eterno sin lluvia,
besos de esperanza en esa mejilla que muerta de miedo dejó de sentir ya.
Y besé el cielo en espejismos infernales que ofrecían tus cantos
de sirena,
porque prometiste que serias un oasis en medio de este recuerdo infertil;
y tu sonrisa pintaba en mi mente elaborados cuentos con paisajes infinitos,
y fue tu historia un metódico plan, sin el mortal remordimiento de la mentira.
porque prometiste que serias un oasis en medio de este recuerdo infertil;
y tu sonrisa pintaba en mi mente elaborados cuentos con paisajes infinitos,
y fue tu historia un metódico plan, sin el mortal remordimiento de la mentira.
Te quise ¿sabes?
Lloré como un niño, con la cobardía de quien sabe estar pidiendo de más,
y mil noches dormí con el cansancio que deja la tranquilidad sin lágrimas;
te llamé tanto, grite tu nombre estúpidamente al cielo negro sin estrellas,
pedí, y te escribí con la oratoria única de la nostalgia de los desahuciados.
Lloré como un niño, con la cobardía de quien sabe estar pidiendo de más,
y mil noches dormí con el cansancio que deja la tranquilidad sin lágrimas;
te llamé tanto, grite tu nombre estúpidamente al cielo negro sin estrellas,
pedí, y te escribí con la oratoria única de la nostalgia de los desahuciados.
Y lloré reclamando a las estrellas titilantes el desprecio
sin delicadeza alguna:
porque después de los pesares lloré sin fin las palabras que nunca me dijiste,
te reclamé tantas promesas que nunca oí, tantas palabras vacías que interpreté,
dormí llenando mi cama de ti, de recuerdos imaginarios, de historia inconclusas.
porque después de los pesares lloré sin fin las palabras que nunca me dijiste,
te reclamé tantas promesas que nunca oí, tantas palabras vacías que interpreté,
dormí llenando mi cama de ti, de recuerdos imaginarios, de historia inconclusas.
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