de paisajes desolados, e infelices desenlaces,
después de no aprender con tristes moralejas
desgastadas en consejos, para oídos sordos.
Encuentro en esta historia, a una princesa,
que decide descansar de príncipes azulados,
prefiriendo la manzana envenenada… sin sueño
y ha cambiado al desencanto de la rana sin beso.
Me encuentro con la delicia de no saber el final
que descansa en palabras de un augurio sin sonrisa,
o de mundos hechos con notas de una música infinita
como escapar de tal tentación, de la dulzura en la duda.
Y vuelvo mis ojos a los cuentos sin concluir, infinitos.
que de tan cortos e ingratos, finales no merecen,
a intentar pintar las triste alas de mi mariposa incolora.
con princesas sin coronas y brujas de ojos hermosos.
Enrojece mi sonrisa, con tu sutil dulzura de bruja,
extrañas maneras de enamorar a un torpe bohemio
locas maneras de quedarse en su mente, en su vida
huellas indelebles se amontonan en su mente, sonríe.
Y al final de los finales, desvanece su esperanza,
calla esperando una voz que le guie, una palabra,
pues no encuentra el camino de vuelta a ella, le pierde
llamados mudos que no encuentran eco de vuelta.
Dulce mariposa de alas tristes y sonrisa de crayón,
bruja pesimista que empieza la historia por su final,
bella princesa de ojos eternos que olvidan sin mirar
de este cuento, que de corto e ingrato,no merece final.
