Sentado en mi balcón, con las nubes rodeando la ciudad,
Pocas almas locas caminado sin consideración, locos insensatos
Un frío que cala el alma, ya enmudecida por los días muertos, lunes que despiertan día a día.
Recuerdo los días en que te abrazaba de menos. Los días en que las palabras sobraban o eran de más. Recuerdo esos días en que las caricias las limitaban los pensamientos torpes y no la ley. Tantas palabras que se desperdiciaron en discutir y no a a querer, palabras que ahora tengo atoradas en mi garganta, con miedo a ser uno más del por ciento.
¿Recuerdas cuando nos reíamos del mundo porque nos quedaba pequeño? ¿Recuerdas los planes que hacíamos porque nada podía detenernos? ¿Recuerdas las noches eternas de discusiones irrisorias de temas tan torpes como importantes?
Extraño los abrazos fugaces y espontáneos, fuertes en mi brazo. Caminar de a dos sin llevar cuenta del rumbo.
Extraño los detalles de las historias sin fin, los intrincados recuerdos que se aglomeraban en tus labios que hablaban ilimitados.
Extraño la sonrisa amplia, la risa tímida, el beso bajo control, la boba discusión, espontánea y efímera.
Vendrán de nuevo los días tumultuosos, los lunes ajetreados, las tardes de café y té, las reuniones, los bailes, las copas entre amigos, las excusas para salir, o no salir, los besos encontrados, las reuniones atrasadas, los viernes esperados y los odiados domingos por la noche que huelen a inicio de semana. Vendrás días nuevos y recuerdos viejos de pandemia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario