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domingo, 18 de febrero de 2024

Hilo Rojo

¿Y si nos tomamos un quinto café?


   Algún día, cuando estemos en nuestra vejez, tú me dirás lo mucho que me extrañaste durante todos esos años que estuvimos aparte, y yo te contaré lo loco que he estado siempre por ti. Recordaremos (o inventaremos) las tardes de paseos por el parque, los besos robados en la oscuridad y las risas compartidas bajo la luz de la luna. Juntos, volveremos a revivir esos momentos que construyeron nuestra historia, sabiendo que el amor que nos une ha resistido la prueba del tiempo y ha crecido aún más fuerte con cada experiencia compartida.


   Nos tomaremos de la mano, quizás un poco temblorosos por los años perdidos, pero con la misma complicidad y ternura de siempre. En nuestras conversaciones, reviviremos los sueños que una vez compartimos inventaremos las cosas que debimos haber hecho y celebraremos los logros que alcanzamos juntos en la distancia. Aunque el tiempo haya dejado huellas en nuestros cuerpos, el brillo en nuestros ojos al mirarnos será el mismo de siempre, lleno de amor y gratitud por haber compartido una vida juntos (sin estarlo). En nuestra vejez, nos daremos cuenta de que cada momento de espera y cada obstáculo superado valió la pena, porque al final del camino, siempre estuvimos destinados a estar juntos, en un amor que perdura más allá del tiempo.


Y cuando llegue el momento de despedirnos, lo haremos con la misma serenidad y amor con la que hemos vivido cada día juntos. Nos recostaremos uno al lado del otro, nuestras manos entrelazadas, compartiendo un último suspiro de gratitud por haber tenido el privilegio de amarnos durante toda una vida, separados, pero siempre juntos. En ese instante, sabremos que nuestro amor trascenderá incluso más allá de la muerte, pues hemos dejado una marca indeleble en los corazones del otro. Y así, unidos por el lazo eterno del amor, nos despediremos con una sonrisa en los labios, sabiendo que nuestra historia perdurará por siempre, como un eterno recuerdo de la pasión que nos unió. Y así, en un sueño eterno, quedará escrita la más bella de amor jamás contada.

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