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viernes, 7 de enero de 2022

Realmente quería que no soltaras mi mano.

 Ella charlaba de una forma rara, pausada y tranquila, llenando las señas de sus manos con palabras que ella misma inventaba. Con una sutil naturalidad en su charla, ella transformaba sustantivos en verbos, verbos en adjetivos, cafés en historias.


Sus historias eran siempre rápidas y exaltadas, a veces recargadas,  difíciles al principio, pero necesarias después de un tiempo, diría quizá, como un café cargado y sin azúcar, ya sabés, cuando al principio se te hace difícil disfrutarlo pero luego de un tiempo, cuando te acostumbrás, es la única forma de tomarlo.


Ella me miraba como si tratase de entender el universo dentro de mis ojos, ese infieno sin tregua que yo deseaba siempre ocultar, pero no podía ahora, no sé bien porque, me perdía en la eternidad inmensa de su forma de mirarme, en esos ojos gigantes y eternos que me obligaban a pensar que todo podría estar bien, que debía estar bien.


Caminada a mi lado, protegiendo mi mundo abrazada de mi brazo, era tan extraño como maravilloso para mí, no sé si podés entenderme, como ese momento cuando decides no tener miedo a lo que siempre te han dicho y demostrado que es malo, pero nunca has experimentado. ¿Como podés temer lo que no conocés?, ¿como puede disgustarte lo que nunca has probado?, ¿como odiar lo que nunca has tenido?


Ella tenía la loca idea de que el mundo era eterno, los amigos eran eternos... Ella tenía esa loca idea que te da la juventud, de que  la universidad era bella, los amigos, las enseñanzas así como la música que esa época nos dejaba.


Ella, la flor más hermosa del jardín, caminaba cada día con pena, sigilosa y siempre titubiante. Bajaba la cabeza ante los Lirios, siendo ella una orquídea, ¿me entiendes? ¿Como puede el sol sonrrojarse ante una linterna? Ella, a quién nunca creo haber merecido, caminaba siempre pidiendo permiso, ¿cómo putas puede una musa temer a un simple poeta?


A veces, mi precencia en sus sueños y su ausencia en los míos me hacía pensar... ¿Seré yo un simple poeta faltó de palabras cuando más falta hacen? . Que no entendía su prosa, sus metáforas, sus ideas. Nunca entendia sus símiles y equivocaba sus mensajes ocultos. Era ella un poema que no podía entender, interpretar? Tendría ante mí, la canción más hermosa del mundo sufriendo yo de un tinnitus irreconocible? Sería ella una epopeya escondida deseosa de ser descubierta? Seré yo un niño analfabeta que escarba torpemente sin saber que busca?!


¿Cómo saberlo? ¿Quiero saberlo? Supongo que sólo el fin de la historia daría la respuesta. Y el fin es algo que no tengo en mis pensamaientos. ? Supongo que sólo el fin de la historia daría la respuesta. Y el fin es algo que no tengo en mis pensamaientos. 

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