Todas las grandes historias de amor empezaron con una simple palabra,
todos los grandes viajes empezaron con un simple pero certero paso.
Los grandes inventos fueron alguna vez solamente una esquiva idea,
No hay un para siempre, si no hay un principio, acá está el nuestro.
Nos hacen falta las historias que unen nuestros recuerdos
cada noche,
los cuentos que nos hagan reír, o nos llenen de esa dulce melancolía.
No tenemos paisajes, poemas, canciones, lugares para volver, señales,
tenemos sonrisas sin mucho más que la triste pena de los desconocidos.
los cuentos que nos hagan reír, o nos llenen de esa dulce melancolía.
No tenemos paisajes, poemas, canciones, lugares para volver, señales,
tenemos sonrisas sin mucho más que la triste pena de los desconocidos.
Nuestras manos se buscan pero no sudan cuando se rosan sin
querer;
faltan en nuestras conversaciones las memorias, anécdotas comunes.
Nos limitan los días que no llenan dos tristes páginas de calendario,
tenemos murmullos penosos que se pierden en la algarabía del salón.
faltan en nuestras conversaciones las memorias, anécdotas comunes.
Nos limitan los días que no llenan dos tristes páginas de calendario,
tenemos murmullos penosos que se pierden en la algarabía del salón.
Aun así, tenemos páginas limpias, e imaginamos los mismos
cuentos,
reímos juntos fácilmente, compartimos recuerdos nuevos, cómplices.
Tenemos colores, estrofas, tonadas, un mapa en limpio, miradas cómplices,
aprendemos a leer nuestros rostros, los gestos sutiles que nos unen.
reímos juntos fácilmente, compartimos recuerdos nuevos, cómplices.
Tenemos colores, estrofas, tonadas, un mapa en limpio, miradas cómplices,
aprendemos a leer nuestros rostros, los gestos sutiles que nos unen.
Tiemblas cuando me vez, tu mirada delata lo que deseo saber,
me buscas;
llenamos nuestras noches de relatos pasados que nos crean uno mutuo.
Tenemos calendarios nuevos sin abrir, que esperan por nuestros recuerdos;
tenemos susurros, dibujos, letras, un lenguaje que creamos solo para nosotros.
llenamos nuestras noches de relatos pasados que nos crean uno mutuo.
Tenemos calendarios nuevos sin abrir, que esperan por nuestros recuerdos;
tenemos susurros, dibujos, letras, un lenguaje que creamos solo para nosotros.
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